Un viaje en tren parte I: de vuelta al pasado

Estación Central General Artigas

 

Un viaje en tren en estos días tiene al menos para mí un significado muy especial. Hace muchos años que el servicio de pasajeros de los trenes de Uruguay está reducido a unos pocos servicios en las cercanías de Montevideo con muy pocos pasajeros. Me crié a unos cientos de metros de una vía de tren en la costa de Canelones, y siempre recordaré con nostalgia la bocina del tren de las 4 de la mañana, las estaciones dormidas con los avisos del desodorante Sanidor, su mobiliario de madera pulida por los años, los telegrafistas, la campana de la estación, las barreras…tantas cosas que calladamente fueron desapareciendo. Hace poco, leyendo un foro (en idioma inglés) de extranjeros en Uruguay encontré la noticia de que en Semana Santa correría un tren especial desde Montevideo a la estación Peñarol. Y no cualquier tren: dos vagones antiguos tirados por una locomotora a vapor. Así que sacamos nuestros boletos en la red UTS, y allá fuimos.

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La Casa de los Chascos

Hace unos días, mientras esperaba que le cambiaran un vidrio roto al auto, nos dimos una vuelta por el Centro de Montevideo. Bajando por Ejido, casi llegando a Colonia, encontramos a La Casa de los Chascos: juguetería, cotillón, disfraces…y claro, chascos. Desde el fondo de la memoria vagamente recuerdo que esta tienda existe hace mucho tiempo, que no recuerdo quién ni cuando pero alguna vez escuché de alguna broma hecha con estos artículos, o de las ganas de hacer una broma…

Nunca me había detenido a ver la vidriera, y noté un par de cosas. Primero, que de los chascos va quedando media vidriera, mezclados con otros accesorios y juguetes. Y segundo, que los chascos parecen como para otra época. No sé como explicarlo, quizás si vemos las fotos de la vidriera nos damos una idea de lo que quiero decir

Bombones salados, jabón que ensucia las manos, una lapicera que desaparece, jarra con araña en el fondo…seguramente ya están pensando a quien le podrían hacer una inocente y sana broma con alguno de estos artículos.

Si pueden, si están por la vuelta, pasen a conocer el lugar, vean los famosos chascos y bromas. Una tienda o negocio tradicional de Montevideo, como El Hornero, que queda también por ahí (de la que voy a escribir en algún momento). Van quedando pocos de estos lugares,  negocios familiares con mucho tiempo de establecidos, que no saben de leyes de marketing ni posicionamiento de marcas y otras cuestiones modernas.