Un viaje en tren en estos días tiene al menos para mí un significado muy especial. Hace muchos años que el servicio de pasajeros de los trenes de Uruguay está reducido a unos pocos servicios en las cercanías de Montevideo con muy pocos pasajeros. Me crié a unos cientos de metros de una vía de tren en la costa de Canelones, y siempre recordaré con nostalgia la bocina del tren de las 4 de la mañana, las estaciones dormidas con los avisos del desodorante Sanidor, su mobiliario de madera pulida por los años, los telegrafistas, la campana de la estación, las barreras…tantas cosas que calladamente fueron desapareciendo. Hace poco, leyendo un foro (en idioma inglés) de extranjeros en Uruguay encontré la noticia de que en Semana Santa correría un tren especial desde Montevideo a la estación Peñarol. Y no cualquier tren: dos vagones antiguos tirados por una locomotora a vapor. Así que sacamos nuestros boletos en la red UTS, y allá fuimos.